domingo, 24 de julio de 2011

XV TRIATLÓN DE ALMAZÁN ABEL ANTÓN

Con los pies hundiditos en el  fondo del río , la piel de gallina y los brazos encogidos espero con ansia el bocinazo de salida. Suena la señal y la zambullida general me hace retroceder. Entre tanta barbaridad decido tomármelo con calma para procurar hacerme paso. Sin alejarme mucho de la corchera nado entre las frías aguas del Duero. Tras la primera vuelta tengo la sensación de que que mis brazadas ya no me hacen avanzar, como atrapada en un río corredero, fijo la mirada en una casa de la orilla y sin darme cuenta giro por última vez la boya amarilla en soledad, a unos 15 metros por delante de mí una de mis contrincantes, y a por ella que voy.

Salgo del agua con pies delicados hacia la moqueta azul, gorro a gritos para la organización y con los ánimos de los burgaleses presentes corro con el integral extrañamente pegado al cuerpo lo más rápido posible hacia boxes. Montada en mi aqua dama me sacudo el frío del agua e inicio el extraño recorrido ciclista en forma de T. Empiezo a cruzarme con Nuria del UNO y otras aventajadas. Subo un par de posiciones (que luego vuelvo a bajar...) antes de que los chicarrones me empiecen a superar. En la segunda vuelta ya hay un mogollón de triatletas en el circuito. Mis chicos de la UAC avanzan posiciones y ya veo a Pepe de rojo en acción. Cómoda y tranquila en la bici sólo me altero en una mala curva que termina generando tremendo embudo en mi tercera vuelta.

Calzada en mis viejas zapatillas, me enfrento a mis 5 km de carrera. La rodilla derecha se hace notar pero estoy feliz de pisar terreno blando de césped y gravilla, de sortear las sombras de los chopos y de no asfixiarme de calor. Tratando de no perder la paciencia me veo superada por Ana del UNO que pasa cuál locomotora, sé que queda menos y los ánimos de mis amigos y compañeros me empujan a tramos. Sin confiar mucho en mis fuerzas tras el adelantamiento de una TRIPI, llego a meta con la emoción de haber visto los campos de Soria en todos sus sentidos.

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