Precipitada la idea de participar en este triatlon en la isla de Malta... Finalmente, con el entusiamo de mi parte, la tarea de hacerme con una bici de carretera fue menos dificil de lo que en un principio parecía, gracias también a la cortesía maltesa. Solventada la parte logística, ya solo quedaba aventurarse en el madrugón que requería la prueba.
A las 7.30 a.m. cerca de 70 triatletas salíamos nadando entre las aguas claras del Mediterráneo en Salina Bay. Primeriza en el mar, mi boca entumecida por el agua salada tomaba bocanadas de aire cada cuatro brazadas, mientras dibujo extraña el triángulo de boyas anaranjadas. Pequeño traspié en la carrera de salida del agua hacia la pequeña playa.
Sin moqueta qué pisar, me dirijo rápida hacia los boxes caóticos donde coloqué a capricho la bici alquilada. Algo pequeñas las zapatillas prestadas, salgo fuera de boxes y monto en la 9spd bianchi road. Tomo la carretera que recorre la cornisa circulando por el lado izquierdo y sin olvidar que aquí hay que adelantar por la derecha. Los autobuses públicos malteses pasan de vez en cuando. Respiro brisa marina a lo largo de un circuito engañoso de tres vueltas sin poder evitar liberar mis pies con torpeza.
Recorrido de una vuelta de carrera, lo más difícil ha quedado atrás, pero yo también, poco a poco recupero alguna posición, algunos minutos para las 9 a.m. y el 122 termina el 4º Triatlón de Birkirkara St. Joseph SERIES 2011 bajo el caluroso cielo azul maltés.
