lunes, 15 de octubre de 2007

EL CUERPO II

La sangre se le hiela sólo con pensar en dar explicaciones, no encuentra el valor para aclarar las razones de aquel atentado contra la naturaleza. Ella guardaba el cuerpo contra su voluntad y al tratar de deshacerse de él, se vio ésta vez descubierta. No se explica cómo el asunto se le fue de las manos, incapaz de entenderlo dejó a la luz su relación con aquel cuerpo. Una vez que ya ha asimilado lo que es capaz de hacer, teme que los testigos hablen y sobre todo teme que la crean reincidente. Se ha prometido no volver a tener coartadas porque no quiere ni pensar que puede verse en esas mismas circunstancias.

Lo más trágico es que aquellos testigos han pasado a ser cómplices. Lo único que la alivia es que ellos no saben donde ha vuelto a poner ese cuerpo y sólo espera que olviden aquel "incidente" y se difumine, poco a poco,con el tiempo.

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