Un día soleado, como si de un sueño se tratara, una especie de prueba, una excursión improvisada... Te llevo conmigo, me agarro a ti y te hablo, siento que estás conmigo.
Recorremos el paisaje verde brillante, acariciamos el viento ligero que sacuden los árboles multicolores, y al llegar, cerca del punto de encuentro una yegua canela te aguarda, ahí donde los catorce...
Sin creerlo te acompaño a este lugar donde se respira naturaleza y aquí te quedas, tranquilo en tu soledad, junto a este viejo roble, que quien sabe si algún día será Manzano.
Recorremos el paisaje verde brillante, acariciamos el viento ligero que sacuden los árboles multicolores, y al llegar, cerca del punto de encuentro una yegua canela te aguarda, ahí donde los catorce...
Sin creerlo te acompaño a este lugar donde se respira naturaleza y aquí te quedas, tranquilo en tu soledad, junto a este viejo roble, que quien sabe si algún día será Manzano.
9 comentarios:
Ahí donde los catorce... es lo único que no he entendido de este bello poema. Aunque mañana volveré con más calma a ver si lo entiendo. No desisto. Besotes, M.
Otro bello homenaje a nuestro añorado Manza... Muy bonito y tierno. Besotes, M.
Aquí, junto a este árbol, una mañana fría de caza, se le presentaron 14 jabalíes de repente. Decidimos que era un bonito lugar para que recibiera visitas. Un saludo.
Quieres decir que ¿Manza está enterrado ahí? Ah, no, que lo cremasteis o sea están sus cenizas. Pues sí, muy bello el lugar. Seguro que está feliz. Besotes, M.
Seguro que estará genial, seguro.
Un beso
Fuen
Un buen sitio para descansar....
Saludos.
Entonces el roble será un Manzano
(por cierto, será el primer árbol al que le gusta la comida vasca y el lechazo de Lerma)
Feliz año nuevo Philadelphia.
Un beso
Sí, yo tambien entraba para desearte un MUY feliz año nuevo, querida Isabel. Muchos besotes festivos, M.
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