He aquí la víctima. Era una mañana primaveral de invierno, pasado el mediodía. Disfrutaba del día junto con sus compañeras habituales, al suave balanceo de las jóvenes ramas de un castaño desnudo. Todo estaba tranquilo y de repente un depredador vino del cielo cual relámpago y se abalanzó sobre aquella tierna diana. Le tocó a ella. Las otras salieron despavoridas en todas las direcciones, alguna peor parada que otras. Pero todas saben que ella, la víctima las salvó, aunque su muerte no tuvo mucho sentido. El asesino salió asustado por la curiosidad de algunos hombres y mujeres que ante tal escándalo, salieron de un edificio. Así quedo ella, callada ante la sorpresa traumática, inmóvil panza arriba.
Algún día he visto a su asesino merodear por los alrededores, buscando alguna nueva víctima. Sus compañeras siguen pasando las mañanas entre las ramas del mismo castaño. Como si nada hubiera pasado, de nuevo expuestas y confiadas.
3 comentarios:
No todos los depredadores de palomas se abalanzan desde el cielo.
http://aniano.blogspot.com/2006/03/colombofilia.html
Sí, de esos también hemos tenido el año pasado, pero son mucho más sigilosos. Pero es raro ver un ave rapaz merodeando por un polígono industrial.
imaginate si no sabemos que se trata de una paloma sería un relato de intriga
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